Para empezar, es muy importante que no le digan por teléfono a la gente "encontrémonos en [marks], porque uno se imagina que hay un bar llamado Marx. Casi puede oler la barba, se acerca feliz a El Salvador y Armenia y resulta que es Mark's, hay sánguches caros, mozos nabos, y una parva de
cosmogólicans.Me rodean.
A mi izquierda dos viejuchas dicen que los hombres pretenden que las minas sean mudas. A la derecha tengo dos pendejas, que creo que están hablando de sexo. Las banco un poco, dentro de todo. Creo que suenan parecido a como sueno cuando estoy con algunas de mis amigas.
Dicen todas a la vez: "Los hombre son así", y yo me pongo triste e incómoda, especialmente porque me pasé toda la mañana leyendo
The Pervocracy. Las viejuchas dicen que un tipo dijo que su mujer ideal era muda, cariñosa, compañera, y no sé qué.
Pobre, él también era boludo.
Me pone mal pensar en esta gente. ¿Sus vidas son tan tristes como me parece? ¿En serio quieren tan poco a su prójimo?
Creo que en eso mis amigas y yo no sonamos así. No decimos (tratamos de no decir) "los hombres son así, las mujeres son asá". Decimos (tratamos de decir):
"Fulano es un gil."
"Mengana tiene problemas con la monogamia."
"A Zutano le falta cariño."