Ella se quiere casar y no puede. Se muere de ganas. Vive rodeada de bodas, pero no consigue marido. Todos lo saben, y ella se muere de vergüenza.
Aparece él, periodista cínico de la gran ciudad, arrogante, medio dañado, patoteramente sexy.
Él empieza a estudiarla, se mete en su vida y le rompe soberanamente las pelotas hasta que finalmente descubre cuál es su problema. La arregla: se casa con ella.
Por fin, por fin le tocó.
¡Runaway Bride y 27 Dresses son la misma puta película!
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