La semana pasada soñé que había alguna clase de cataclismo loco en Buenos Aires, más o menos en mi barrio.
Patatín, patatán, termino en Carrefour a cargo de mi alumna de 1ª media y varios pibitos más mientras todo el mundo corre en pánico de acá para allá. En una escena bien de película de zombies un flaco empieza a forcejear con mi alumnita para sacarle su termo (naranjita, floreado, setentosísimo) y yo termino vaciándole encima un termo entero (otro) de agua caliente.
Oh sí, todos quieren que sea yo quien les enseñe latín en caso de un cataclismo loco.
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