El gomero.

En la casa de mis primas había una hamaca colgada de un gomero gigante. De chica cantaba despacito "Two become one" mientras me amacaba fuerte y largo, y miraba el cielo nublado, que siempre me parecía más naranja que en mi barrio.
Sigo pensando que en la zona sur el cielo es de otro color.

Segunda ley de The O.C.

Dado un conjunto semicerrado de personas de ambos sexos,

a medida que pasa el tiempo,

el numero de parejas posibles tiende a infinito.

En realidad, se trata de una reformulación del tercer principio de Beverly Hills 90210 (Spelling, 1990):

"Si te juntás con la misma gente por milenios y milenios, eventualmente vas a tenerle ganas a todos y cada uno de ellos".

Groupie tímida.

Import-export.

Así como los actores de Hollywood van a comprar bebés en países periféricos, deberíamos ir al primer mundo a traer niñitos.
Preferentemente como estas dos:

Cuando tenga hijos, voy a obligarlos a hablar con acento británico, sólo para entretenerme. Muajajaja.

Disco.

Ayer vi a Kevin Johansen en el Disco de Las Heras. Estaba con las hijas y tenía una camisa a cuadros. Mientras tanto, yo esperaba el vuelto del quitaesmalte.

Copensen.

¡Vayamos todos a comer tofu al Festival del Día de la Tierra! Tocan Coiffeur, Martín Buscaglia, Lisandro Aristimuño y más gente de ese estilo, y va a haber un freakin abrazo colectivo.

Mate en tricota.

En el paquete de mi yerba predilecta viene la foto una pareja con tricotas blancas idénticas que sonríe y toma mate. Tienen cara de yanquis y de 1992.
Me matan de risa.