miércoles, 29 de julio de 2009

Lopre.

Yo, con cada nuevo entrevero con mi realidad, me englutía unos centímetros más en el pantano de mis preguntas. Porque no sólo queríamos cambiar las relaciones de producción, ¿no es cierto?, la apropiación privada de los medios de producción y las relaciones sociales de producción; no; no así, como hecho económico puro. ¡Oh! ¡Sí!, era prioritario, necesario. Pero habíamos dicho que queríamos cambiar las relaciones sociales, las relaciones humanas, por fin el hombre con sus capacidades desplegadas como sábana flameando al viento; fue la revolución cubana y había sido la china que se siguió encabritando como revolución cultural. Y, después de todo, ¿qué nos había sacudido a nosotros, los jóvenes intelectuales de Buenos Aires, ni propietarios ni desposeídos, salvo de la posibilidad general y equitativa de hacer cultura paga? Un buen pedazo de nuestros móviles era un pedazo ético, un pedazo romántico, una intención humanista, hasta que se inventó la expresión de "el hombre nuevo".
Graciela Lo Prete, Memorias de una presa política,
Buenos Aires, Norma, 2006. pp. 230-231.

sábado, 25 de julio de 2009

Ten Years After.

¿Quién hubiera dicho, Mulder, que ibas a volver 10 años después, tan adorable como siempre?
El papá reventadito de una enana genia y rockera, el escritor maldito demasiado rico y viejo para ser un scapigliato como corresponde. El caballero andante, lleno de buenísimas intenciones, al que todo le sale para el culo de la manera más extravagante posible.
Largaste el traje (también bastante desnudez ahora, eh: lo notamos y nos cabe, sabelo), pero sabemos que sos vos, el mismo dulce de siempre, que volviste. Te extrañamos. Estamos grandes, y hoy por hoy buscar extraterrestres es un poco grasa. Pero antes, Mulder, queríamos creer en los platos voladores para que a tu hermana no la hubiera secuestrado y matado un hijo de puta cualquiera, como a qualquier nena en un policial de Warner, y ahora lo que queremos creer es que al final vas a estar bien con tu familia, vas a escribir muchos libros buenos, vas a querer mucho a esa nena.
En algo hay que creer, y ahora, Mulder, tenemos fe en que vas a ser muy feliz, por mucho tiempo.

viernes, 17 de julio de 2009

Viejas.

Me gustan todas esas cantantes viejas,
me gustan cuando eran jóvenes y cantaban,
tan lúcidas,
sobre hombres difíciles, sobre corazones rotos,
sabiéndose fuertes,
generosas,
maravillosamente tristes.

jueves, 16 de julio de 2009

Emo scemo.

Como un emo piensa en el suicidio, contemplo la idea de cortarme el flequillo. Una pésima decisión, seguramente, pero con la ventaja de que el pelo crece (aún después de que te morís).
Me gustaría hablarlo con alguien, pero no tengo ni un peluquero de confianza ni ganas de volver a mi psicóloga.

miércoles, 8 de julio de 2009

Hey Jude.

Mi Jude Law favorito definitivamente es el de My Blueberry Nights.

Linda peli, eh. Ideal para las tardes de cuarentena.

lunes, 6 de julio de 2009

Ínfima telepatía doméstica (segunda entrega).


Escena 1:
La familia unida mira una película de Woody Allen. Aparece un cartel que dice "Summer in New York".
L y W (al unísono, exactamente al mismo tiempo): Summer in the city, means cleavage cleavage cleavage...

Escena 2:
La familia unida mira la propaganda de Prison Break por FX.
L: Qué onda, este programa se fue al carajo. ¿Siguen en Panamá?
M: Parece.
L y W (al unísono, exactamente al mismo tiempo): ¡Paaanama!

domingo, 5 de julio de 2009

Hoy, en Oloratostadas: palabras que me parecen horribles.



Sufragar
.
Dismenorrea. Si lo pensás mucho, es tan asqueroso como suena.
Vivenciar. ¿Qué onda? Se supone que vivencia es una sustantivación de vivir. Porqué verbalizarla de vuelta y terminar en ese aborto de palabra. Aparte me hace acordar a Megapilas, tres años en los que nadie nunca dijo algo inteligente.
Y además detesto a los chabones que dicen pechos. Me da asco. Es alto deal breaker, posta.

¿A dónde fueron a parar todos los colmos?

No me acuerdo cuándo desaparecieron. Estaban por todas partes. Eran invariablemente malos, sí, pero circulaban.
Tenía un librito que se llamaba Esto es el colmo! (Libros del Quirquincho, 1993) y estaba lleno de cosas como esta:

-¿Cuál es el colmo de un bombero?
-Tener un hijo chorro y una hija manguera.

Tal vez me muevo en los círculos equivocados, pero me parece que ya nadie anda por ahí contando colmos. Es una de esas cosas de los noventa que creímos que iban a durar para siempre y en cambio se esfumaron imperceptiblemente de nuestras vidas, como los rollers y la mostanesa.
Pero dudo mucho que alguien extrañe los colmos, y aparte la mostanesa la hacés vos y listo.

miércoles, 1 de julio de 2009

Domingo my darling.

Lo estuve pensando, y me parece que cuando te preguntan por tu vida amorosa y contestás citando de memoria al Facundo, hay un par de cositas en tu vida que no andan del todo bien.