lunes, 31 de diciembre de 2012

Creo que tengo una relación abusiva con Lena Dunham*.

Me rehusé por meses a ver Girls porque el poster es malísimo. Cuatro pibas lindas mostrando las piernas. Minitez contemporánea, Sex & the City para adolescentes. Título   genérico. Paso.
Pero hombres en los que confío insitieron, y la miré. 

Fue horrible.

Sí, me gusta el programa. Sí, está bien hecho. Pero sufrí terriblemente los primeros capítulos porque soy Hannah. Es una idiota, es un parásito arrogante, y soy igual. 
Ah, no. Porque resulta que Hannah es una idiota, pero es dos años menor que yo, vive sola, tiene un título universitario**, un laburo*** y un novio****. Soy Hannah pero peor. Mátenme.
Resulta, sin embargo, que aparentemente todas las mujeres sufrimos terriblemente con Girls. Los varones pueden distanciarse un poco, y aunque se reconocen "en ese momento de sus vidas" no los mata la identificación. Bastardos suertudos. No les duele el grotesco en el fondo del alma. Les da vergüenza ajena, no propia. 
Todo el mundo habla de las escenas de sexo espantosas. Descubrí que lo que me generan es, de alguna forma, arrepentimiento. Mátenme.

Ahora bien: Lena Dunham tiene mi edad y un contrato de 3.500.000 dólares para escribir un libro. Tiene huevos de plomo, nada de celulitis, y filma como una campeona.
Me hace sentir horrible con mi vida. 
La amo y quiero ser como ella, pero cuando la veo actuando también la odio y me aterra ser como ella. 

No es casual que se me mezclen Lena Dunham y todos sus personajes. Es un efecto claro y buscado de decisiones de guión, casting, y puesta en escena. La línea entre la actriz, la directora, la guionista y los personajes está embarradísima. No soy yo que soy pelotuda, es algo que me hacen deliberadamente. Me pregunto si no es esa tensión, entre la maravilla y la repulsión, lo que atrae de esta piba. 

Pienso en todos los escritores que te hacen eso, el anzuelo de lo semiautobiográfico, y como te desestabiliza todo. Pienso en la crítica de Katie West sobre Overqualified, de Joey Comeau:
I think the book is about Joey Comeau and that’s my problem with it. I want to know what is truth! I want to know where the real Joey is. I want to dissect every letter and figure out what really happened and what didn’t. What’s real and what’s not. I want to figure out what we have in common. I want to know why it is exactly that Joey Comeau can be so very dirty and still make me feel sad. Why does his letter to Hallmark make me feel so uncomfortable laughing about International Stalker Day? Why am I identifying with his letter to Gillette and why am I too, hoping for blood swirling down the drain? Stop making me imagine her flavours while you lay your flesh on her tongue! Stop making me worry about how often I talk to my grandparents and stop making me remember everything I’ve never asked them! Stop making me miss my brother! Stop convincing me of the last girl! Nothing lasts forever! I hate you Joey Comeau. I hate you and I hate your stupid book. 
Overqualified, como todo lo que escribe Joey Comeau, es espectacular en su obscenidad. Muestra cosas que no debería mostrar, que uno no está listo para ver. Es demasiado íntimo. Duele porque al hablar de sí mismo te obliga a ponértele frente a frente. Te obliga a admitir cosas que uno no está listo para admitir. Es decir, te manipula horriblemente, te entrampa en "la identificación", ese mito, esa porquería. Te hace mierda. Y es bellísimo.

Me quejo de la identificación porque creo que no debería ser la medida ni el objetivo de la literatura pedorra que hacemos. No quiero seguir leyendo ni escribiendo "cosas que nos pasan a todos", o peor, "a todas". Sin embargo, quisiera pensar seriamente qué es eso que me pasa con Girls, que me hace sentir espantosamente mal pero me tiene contando los días para la próxima temporada. Qué hace el hijo de puta de Joey Comeau para que todos nos queramos casar con él, y sobre todo cómo lo hace. No les tengo rencor, sólo quiero aprender. 


*       And if she can pull off red lipstick, so can I!
**     Yanqui.
***   Pedorro.
**** Loco de mierda. 

viernes, 30 de noviembre de 2012

domingo, 18 de noviembre de 2012

De amicitia.

Pocas cosas me sulfuran, me indignan y me espantan tanto como tener que pelearme una y otra vez con gente que asegura que no existe la amistad entre el hombre y la mujer. Y si bien cada día le pido al Gauchito Gil la serenidad para no caer en discusiones de sordos, quién te salva de despotricar después, sola, mientras te cepillás con furia los dientes.


1. En primer lugar, no acepto que nadie me diga lo que siento hacia terceros, ni lo que ellos sienten hacia mí. 

2. Tengo la suerte de compartir mi vida con un montón gente buena, inteligente, divertida y talentosa. Los quiero y los admiro, y enriquecen todos mis días. Algunas son mujeres y otros son hombres. 
Si nunca quisiste a alguien del sexo opuesto, jodete por boludx. 

3. No acepto que nadie rechace de plano evidencia empírica para proteger sus afirmaciones de mierda. 

4. Idea heteronormativa por demás. ¿Qué pasa si me gustan las mujeres? ¿Tampoco puedo ser amiga de ellas? ¿Y si sos bisexual, no podés ser amigo de nadie?

5. Los que dicen que no existe la amistad entre el hombre y la mujer después te dicen que las mujeres tampoco pueden ser verdaderamente amigas entre ellas, porque son celosas, competitivas, y conchudas en general. La amistad es un privilegio de almas nobles masculinas, inexplicablemente relacionado con el deporte y el consumo alcohólico, y no lo entenderemos jamás. 

6. Si las mujeres no pueden tener amigos es porque los supuestos amigos las desean secretamente (no al revés). O sea, nadie te va a querer nunca. ¿Sabés por qué? Porque tenés tetas. 

7. Debe ser eso lo que más me horroriza. No quiero imaginar qué clase de relaciones tiene la gente que en verdad cree que el cariño y el deseo son mutuamente excluyentes. 

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Viñetitas de mierda: Waso no sabe la leyenda del lobizón.

M: ¿Cómo no lo sabías?
L: ¿No te lo enseñaron en la escuela?
W: No me lo enseñaron en la escuela, y no me lo enseñaste vos, que sos la que me tiene que enseñar las cosas. 
M: Lucas, te enseñé a hacer pis. 

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Quiero ser un caballo.



Si me van a preguntar pelotudeces, por lo menos denme más opciones. Creo que al menos faltarían estas respuestas:
  •  Quisiera ser un caballo.
  • A veces me pregunto qué clase de conciencia de sí puede llegar a tener un pino, un gorrión, o un virus.
  • El que toca toca, la suerte es loca.
  • No tengo datos suficientes para responder eso.

Todas mejores que responder citando a Nacha Guevara.
Además, capos, me quieren convencer de que compre su jabón de cachucha, pero el hecho mismo de que las cachuchas a veces requieran un jabón especial es de las cosas que más le suelen molestar a la gente que tiene una. Apostaría a que las que contestaron que no son justamente las que tienen problemas con su pH vaginal. 
¿Y quién mierda le da like públicamente a Lactacyd? No es que sea ninguna vergüenza, pero ¿en serio querés que el mundo sepa esos detalles de tu higiene personal?

MORALEJA: "Redes sociales. Sólo porque puedas, no quiere decir que debas."

sábado, 1 de septiembre de 2012

Viñetitas de mierda: Mensajeándome con mi madre.

L: Me emociona enormemente que el número de emergencias del subte sea pi. Estoy yendo para casa.

M: Te quiero.

martes, 21 de agosto de 2012

Alegrías de estar sola en casa.

Puedo salir al balcón a gritar "rajá, paloma puta" sin que nadie me juzgue.