Hace al menos cinco días que alguien escucha "I Kissed a Girl" en loop.
Viene el fumigador y cuando me saluda no dice "hasta el mes que viene" como siempre sino "hasta el año que viene", y me vuela la peluca. Al rato me toca timbre el tipo de planta baja porque le está chorreando agua desde mi balcón. Exagera. ¿Cuánta agua le puede haber caído?
Cuando me estoy poniendo las sandalias para irme, de adentro de una sale una vaquita de San Antonio. De las truchas, esas que son rojo sobre negro y no negro sobre rojo, pero igual les pedimos deseos porque son lo que hay.
Entonces le pido un deseo, y me doy cuenta de que le estoy hablando mentalmente en inglés. Pienso "no, debería practicar italiano", y le hablo mentalmente en italiano por un minuto sobre las cosas que quiero y necesito en mi vida y cuáles son las más indicadas para pedir como deseo. Y ya que me estoy comunicando telepáticamente con el bicho le explico que creo que hay algo medio perverso en toda la escena, como si uno les exigiera un favor a cambio de dejarlas vivir. La miro caminarme por el brazo. Me pregunto si habrá una relación entre las vaquitas de San Antonio y "pedile a San Antonio que te mande un novio".
Al final la dejo en la maceta del jazmín. Cae de espaldas pero en seguida se endereza.
2 comentarios:
Son más grosas que las cucarachas. Se saben dar vueltas.
Son truchas pero son todo terreno, carajo.
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