Lo que aprendimos del amor y la vida mirando la tele mientras nuestros padres trabajaban.
miércoles, 22 de junio de 2011
viernes, 10 de junio de 2011
domingo, 8 de mayo de 2011
Grande, Norita.

Vi Banshun con mi hermano. Nos gustó cuando el ayudante del padre invita a Noriko a un concierto y ella le dice, sin parar un segundo de sonreír:
- Pibe, que te acompañe tu prometida. A mí no me rompas las pelotas.
oppure
- Amigas son estas, que me siguen a todas partes.
El flaquito se va a solo al teatro y la toma del asiento vacío, con su maletín y su sombrero, es lo más patético del mundo. Tomá, por histérico.
viernes, 6 de mayo de 2011
Cosmogólicans.
Para empezar, es muy importante que no le digan por teléfono a la gente "encontrémonos en [marks], porque uno se imagina que hay un bar llamado Marx. Casi puede oler la barba, se acerca feliz a El Salvador y Armenia y resulta que es Mark's, hay sánguches caros, mozos nabos, y una parva de cosmogólicans.
Me rodean.
A mi izquierda dos viejuchas dicen que los hombres pretenden que las minas sean mudas. A la derecha tengo dos pendejas, que creo que están hablando de sexo. Las banco un poco, dentro de todo. Creo que suenan parecido a como sueno cuando estoy con algunas de mis amigas.
Dicen todas a la vez: "Los hombre son así", y yo me pongo triste e incómoda, especialmente porque me pasé toda la mañana leyendo The Pervocracy.
Las viejuchas dicen que un tipo dijo que su mujer ideal era muda, cariñosa, compañera, y no sé qué.
Pobre, él también era boludo.
Me pone mal pensar en esta gente. ¿Sus vidas son tan tristes como me parece? ¿En serio quieren tan poco a su prójimo?
Creo que en eso mis amigas y yo no sonamos así. No decimos (tratamos de no decir) "los hombres son así, las mujeres son asá". Decimos (tratamos de decir):
"Fulano es un gil."
"Mengana tiene problemas con la monogamia."
"A Zutano le falta cariño."
martes, 3 de mayo de 2011
Vengan con mamá.
Si creyera en la vida después de la muerte, me gustaría pensar que algún día me voy a reencontrar con todos los aros que perdí a lo largo de mi vida.
"Sí, chiquitos, sí, vengan. Cómo los extrañé. Combinaban con todo."
martes, 26 de abril de 2011
Pascua (bis).
Canal 9 pasó una versión de The Ten Commandments del 2006: una TV-movie, berretongui, con la piba de Top Chef haciendo de princesa egipcia y dos minutos de material de archivo de cardúmenes y erupciones submarinas en la parte del Mar Rojo.
Moisés, un hombre bello con una peluca horrible, es un esquizofrénico burócrata. Porque una cosa es escuchar voces que te dicen que mates gente, otra cosa es hacerles caso, pero este tipo es más burócrata aún de lo que uno esperaría de Moisés.
Menerith: Che, pero soy tu hermano.
Moisés: Sip.
Menerith: Si Dios te dice que me mates me matás?
Moisés: Sip.
Menerith: [se muere horriblemente]

Moisés: Uh. Garrón.
Después de que los liberan y bajan un cambio con la cosa racial, se desata una tormenta loca de paranoia. Patatín patatán, lapidación va, lapidación viene, terminan masacrando a la mitad del grupo por idólatras y cornudos.
Moisés: Uh. Garrón.
Mientras me afanaba por subtitular todo lo comparaba con Charlton Heston en la versión de The Ten Commandments 1956. Con todo el glamour de la épica viejotestamentil de los '50, ese Moisés era, ante todo, groso. Hermano del faraón (no de una figura menor de la corte), la tenía más grande que nadie, y no por ser el profeta de Dios, sino porque era él. Que Dios lo eligiera, en todo caso, confirmaba cuán grande la tenía.
"No soy un objeto sexual", le dice Heston, primorosamente ataviado a la egipcia, a los jerarcas esclavistas que lo tratan de niño bonito.
"No soy un objeto sexual", le dice a Nefertari cuando lo hace llevar a su recámara semidesnudo y embarrado.
"No soy un objeto sexual", le dice a las pastorcitas judías que conviven con ovejas hace demasiado tiempo.
Moisés: Mirame, chiquita, pero no me toques.
Es interesante esta disputa constante si se piensa que la gran falta de Moisés es matar a un hombre que está por violar a una esclava judía. La dignidad está ante todo en la libertad sexual de los cuerpos. Nadie duda, en la versión del '56, que el gordo se la merecía.
En la del '06, en cambio, el defecto trágico de Moisés es que es un iracundo. Todo se centra en la matanza, justa o injusta. La autoridad es poder decidir quién debe morir según la ley de Dios. Y mientras que ahí el gran drama es el sacrificio de la familia burguesa por imposición divina, el Moisés de DeMille es más un patriarca que un profeta. No hay conflicto dentro de la comunidad porque sólo se puede sentir admiración y deseo por un hombre así.
viernes, 15 de abril de 2011
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