Lo que aprendimos del amor y la vida mirando la tele mientras nuestros padres trabajaban.
martes, 21 de agosto de 2012
Alegrías de estar sola en casa.
Puedo salir al balcón a gritar "rajá, paloma puta" sin que nadie me juzgue.
Brief Interviews with Hideous Men.
Brief Interviews with Hideous Men es una adaptación de una novela de David Foster Wallace, que debe de ser muy hermosa.
Consiste básicamente de una colección de monólogos (todos interesantes, bien escritos, bien actuados) que la protagonista usa como casos en su investigación. Ella se dedica a los women´s studies, o algo por el estilo, y recién en la última escena nos enteramos de que el objetivo de su trabajo de campo es ver cómo viven los hombres el post-feminismo.
Había visto el trailer, y sabía que la había escrito y dirigido John Krasinski , pero me decidí a mirar la película cuando vi la escena donde habla él. Pero al verla toda, justo esa escena que me había parecido cautivadora es de lo que menos me cierra de la película. Krasinski hace del ex de la protagonista; al final se encuentran y la chica, que había quedado tan traumatizada que empezó la tesis, le pregunta porqué mierda le metió los cuernos. Y el ex le cuenta qué pasó cuando le metió los cuernos.
Es una pena, porque es un discurso muy fuerte y muy bello, y no tiene sentido. ¿Qué me importa tu epifanía vincular? ¿Para qué me decís qué te pasó con esta mina, si lo único que quiero saber es porqué saliste de tu casa un día decidido a garcharte a otra persona? Ella pregunta una cosa y él le responde otra, y es ahí donde se tambalea toda la historia. El resto, sí, está estructurado en forma medio confusa y un poquito pretenciosa, pero es ese agujero de la trama lo que me molestó.
Los otros "sujetos" cuentan su historia, hablan de sí mismos y de su relación con las mujeres. Y todos están un poco tristes, se sienten solos, son tan honestos como pueden, y tratan sinceramente de no ser unos hijos de puta. Tratan, y a veces no lo logran.
Lo que sí me gustó de la película es algo que plantea la chica al final sobre los women's studies: estamos tan concentrados en las mujeres, que nos olvidamos de los varones. La cátedra entera y todos sus alumnos se la pasan hablando boludeces sobre lo que es ser mujer en el siglo XXI, dándole vueltas a los mismos clichés políticamente correctos de siempre, repitiendo algo que no se sabe si es una revista de autoayuda o un manual de levante, algo complaciente y superfluo. Un campo en el que uno, especialmente si es hombre, no puede decir nada nuevo, nada distinto, porque cualquier disonancia es violencia de género.
En cambio, tal vez lo que hace falta es mirar a los hombres como seres humanos con problemas propios, hacer películas donde no sean un problema y/o una solución. Tipos que no son ni tu ex el malvado ni tu futuro marido el que te va a salvar. Ni el terrorista que va a matar al presidente ni el agente del FBI que va a rescatarlo. Estamos tan concentrados en "el rol de la mujer en el cine", que a veces nos olvidamos de la otra mitad de la humanidad.
Brief Interviews with Hideous Men dista mucho de ser un especial de mierda de la Cosmopolitan que le va a revelar a las mujeres cómo piensan en realidad los hombres. No te quiere revelar algo. La protagonista tampoco enseña ni aprende nada, y menos aún lo único que en realidad quería saber. Ni los hombres son de Marte, ni las mujeres son de Venus, y su novio terrícola la dejó porque se le cantó el reverendo culo.
Pero la posta está en que no se puede hacer feminismo hablando sólo de mujeres, y que los roles de género son una mierda para todxs, y es sobre todo en ese sentido que la peli está muy bien.
martes, 14 de agosto de 2012
Re-presentación de la Velociraptors.
El viernes 24 vamos a presentar otra vez la Velociraptors. Vengan a lanzarnos su ropa interior, y si tienen suerte pueden llevarse su ejemplar autografiado.
miércoles, 11 de julio de 2012
Sansa y Andrés, el que viene una vez al mes.
Creo que antes de juzgar a Sansa por lo que hace y no hace en Blackwater (2x09), hay que tener en cuenta que a la pobre chica le acababa de venir. No hay peor momento posible para que te vengan a invadir el castillo.
Así que dentro de todo, yo la puedo entender.
Eso, en mi barrio, es cara de indispuesta.
-No, no, yo me quedo acá.
-Pero yo la voy a proteger.
-No, no, me duele todo, estoy cansada... Yo me voy a tirar un rato.
-Pero...
-Ser, o se saca la armadura y me hace cucharita, o me deja de hinchar las bolas.
sábado, 2 de junio de 2012
Las mentes de los criminales.
Está bien, amamos el drama policial de una hora, y después de miles de cadáveres en miles de capítulos de CSI la camada de psicólogos y analistas de comportamiento sí trajo una bocanada de aire fresco.
Lo duro de Criminal Minds no es tanto el tenor de los casos que presentan sino la economía misma de la investigación que pide, para encontrar al asesino serial, nuevos muertos que brinden nuevas pistas. Esa espera perversa es un gran problema, para uno que mira y también para los personajes, que por momentos son muy conscientes de que no están jugando al Carmen Sandiego sino viendo como se apilan los cadáveres.
A fin de cuentas, lo que hacen esos programas es poner todos los ojos sobre el perpetrador y sus motivos, fascinarse por la monstruosidad del crimen. Y encima, aparentemente, todo esto del psico-criminalismo es puro verso: los perfiles son algo que se hace a posteriori y que no suele ayudar un carajo en las investigaciones policiales.
La otra vuelta pasé zappeando por algún drama policial de una hora y uno (no sé si Horatio en Miami o Ted Danson en Las Vegas) tiró una que me pareció re bien. Un joven y potrísimo investigador mira el fiambre destruído y se pregunta en voz alta por qué le hicieron eso. Su jefe, la justicia encarnada, paternal pero distante, le dice: "me chupa un huevo por qué, quiero saber quién, agarrarlo, y hacer que se pudra en la cárcel".
jueves, 17 de mayo de 2012
Viñetitas de mierda: cenando en familia.
Madre está indignadísima con el wachiturro hijo de puta que acosó sexualmente a una nena de 13 años, y también con las pelotudas que lo fueron a esperar a la salida de la cárcel. Hermano dice que su condición de ídolos infantiles hace todo mucho más grave.
Yo les cuento que hace poco vi en un bondi un chico con el corte wachiturro y de atrás, viéndolo de pasada, me pareció que tenía un kipá. De hecho, lo miré de vuelta justamente porque pensé "Paren, está rapado. ¿Cómo mierda se lo sostiene?". No, era todo pelo.
miércoles, 16 de mayo de 2012
2 Broke Girls, las tetas, y el hipsterismo.
1. Me gusta que Johnny sea tan garca y tan tóxico. Por una vez la tele reconoce que ser bueno e inteligente no impide ser una basura. Les pido por favor que no lo rediman, que no vuelva. Si no supiste amar, ahora te puedes marchar.
2. Me gusta Sophie, esa Madame Maxime porno.
3. En las series del prime time las chicas no son como Max y Caroline. No putean, no se drogan, no gritan, no dicen guarangadas, y no se masturban.
En la mayoría de las series del prime time una parte importante de la trama es con quién salen los personajes en ese momento. Hasta George Costanza salía con una mina distinta cada semana. En cambio, en una temporada entera Max y Caroline han picoteado pero no han salido con nadie. Aparentemente no tienen tiempo ni ganas.
Me gusta el minitaje Bechdel, me gusta que tengan intereses y preocupaciones más allá de sus vidas románticas. Me gusta que a veces el romance (ver 1) simplemente no valga la pena.
Tengamos en cuenta que la gran obra de Michael Patrick King, co-creador del programa, es Sex and the City, una serie donde lo que empodera a las mujeres es ser ricas, cojerse tipos y comprar ropa, así que todo esto debe ser mérito de Whitney Cummings.
4. Me gusta la decisión artística de hacer que Max parezca siempre a punto de morir asfixiada por sus propias tetas.
Me gusta que todos los personajes tengan estilos muy definidos y muy característicos, y que repitan accesorios. Ya saben, para mí nada dice EFECTO DE REALIDAD como ver que en una serie o película la gente usa siempre la misma ropa. Ahora que lo pienso, fue lo que más me gustó de Ghost World.
Me quiero maquillar como Max pero no me animo.
5. Tardé como 10 capítulos en darme cuenta de que Oleg está bastante tuneado. Así que sí: me gusta como te queda esa camisa, corazón.
6. Hace tiempo que la tele estadounidense viene hablando de la recesión, y vi en varios programas alusiones a la movida del Occupy pero, llamativamente, casi siempre desde la perspectiva del 1%.
Mientras a la mayoría de nosotros el fantasma de perder la fortuna nos chupa un poco un huevo, creo que lo importante de 2 Broke Girls es esto: Caroline se vuelve pobre, pobrísima, y se da cuenta de que hay gente que siempre vivió así. Los chicos de clase media-alta se reciben y no consiguen el trabajo de analista financiero que querían: terminan trabajando de mozos y se dan cuenta de que la gente pobre de nacimiento nunca pudo aspirar a más que eso. Se quieren matar.
7. Ese conflicto económico también está en la base del hipsterismo como fenómeno estético.
El problema que tenemos todos con el concepto de hipster es que, por un lado, les decimos así a la gente muy careta, pero por otro también lo usamos para hablar de cierta sensibilidad estética con la que, no tan en el fondo, nos sentimos identificados. Nadie dice "hipster" sin temer, aunque sea un poco, que le digan así, o sin participar de esa cultura, con tan sólo conocer el término.
¿Qué pasa en 2 Broke Girls? Los personajes viven y trabajan en los lugares que les gustan a los hipsters, compran ropa de segunda mano, etc. La diferencia es que ellos no tienen opción, y por eso les dicen caretas a los que lo eligen. No es tan distinto a discusiones que tenemos acá sobre "hacerse el hippie" como una impostura.
El hipsterismo o el hippismo criollo no dejan de ser estetizaciones de la pobreza. Los jeans de Levi's salen 400 mangos: me visto de modal de colores. No puedo pagar un departamento en Manhattan ni si me prostituyo todos los días y todas las noches: Williamsburgh es lo más. Y así sucesivamente. Cuando esa operación estética triunfa y se pone efectivamente de moda, se instala una disputa por determinar, en la caza de brujas más embolante de la historia, quién es realmente pobre y quién se mueve como si lo fuera por elección.
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