miércoles, 23 de septiembre de 2009

Air de famille.

Hoy le conté a mi tocaya más favoritísima de todas un episodio en el que hacía mucho que no pensaba.
Cuando en tercer grado le expliqué a mi abuela que mientras parte de mi clase tenía Religione, los demás teníamos Non religione, y le hablé de las idioteces tremendas con las que nos hacían pasar el tiempo, su única reacción fue decir "Qué raro, una materia con N. Fijate, ninguna otra empieza con N. Matemática, historia... ninguna."
Creo que mi mamá la miró con horror.
Mi abuela es grosísima porque sabe cuáles son las cosas verdaderamente importantes. No saltó con un discursete sobre las chanchadas mercadotécnicas de las escuelas privadas: quedó fascinada por la idea de una N mayúscula en la tapa de un cuaderno Rivadavia. Una vez me alguien me preguntó de qué tamaño era mi reproductor de mp3 y yo levanté dos deditos y dije "más o menos así", en vez de decir con tono apologético "doscincuentiseis nomás". Me encanta que no nos parezcamos solamente en la forma de reírnos y de cocinar.

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