lunes, 14 de marzo de 2011

Comic Sans.


No sé si Death To Smoochy es tan genial como me pareció la primera vez que la vi, allá por el 2002.
Está Edward Norton haciendo (como siempre) de nerd sexy.
Está Catherine Keener haciendo (como siempre) de ejecutiva cínica que puede o no que tenga un corazón de oro.
Está Robin Williams haciendo (como siempre) de ex-famoso desesperado que está cuestionando su sexualidad.
Pero mal que mal la peli funciona, hay piñas, tiros y números musicales, y en el último segundo, un estertor bizarro, el detalle kitch que la salva del olvido: los créditos finales están en Comic Sans.

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