jueves, 5 de abril de 2012

Viñetitas de mierda: Quilmes Rock 2012, día 2.

En la tele dijeron que en algunas familias había dos mamis y eso estaba bien.
Si se puede elegir, quiero que mi segunda sea Joan Jett.

TV On The Radio me gustó. A veces me pasa que me siento culpable en los recitales porque me la paso babeándome con una banda entera. Igual creo que, objetivamente, el cantante es un bombonazo y todos estábamos pensándolo.

Evidentemente los giles que estaban al lado mío no le prestaron tanta atención a El rey león como el resto de nosotros, porque probablemente la más importante de todas las enseñanzas que nos dejó es que hay que tener mucho cuidado con las estampidas. En algún otro momento, con alguna otra película, también tendrían que haber aprendido que hay que tener cuidado y no hacer cosas que pueden lastimar a la gente.

Cuando terminó Arctic Monkeys me quedé parada solita en el medio de un puto monzón. Empecé a pensar seriamente que hubiera sido mucho mejor quedarme en mi casa con mi dinero viendo American Idol. Hacía cada vez más frío y estuve muy muy cerca de abrazar a un extraño. Como cuando en los dibujitos animados los personajes que tienen mucha hambre empiezan a ver a sus compañeros con forma de pancho o pata de pollo, para mí el pibe ese era una bolsa de agua caliente gigante.
Me harté de sufrir al pedo y me metí abajo de un alerito, en la platea, a escurrir mi ropa.
Miré dos temas desde ahí, pero el tercero fue "My hero" y bajé al campo. El calor humano me hizo bien.

Y Dave Grohl, vendehumo adorable, "padre imaginario de todos nuestros hijos imaginarios", como dijo Clari. Le creí todo, sonreí hasta que me dolieron los cachetes. LLegué hasta a sentirme seca, y el ruido de la música tapó el chapoteo de mis medias empapadas. Divino hijo de puta. Me fui feliz.

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